Wolfgang
Amadeus Mozart nació en
Salzburgo (Austria) en 1756. Resultó ser un bebé muy inquieto, pero cuando su
padre (Leopold) daba lecciones de música a su hermana Nannerl, Amadeus se
quedaba sorprendentemente quieto y silencioso. Permanecía inmóvil escuchando,
fascinado por la música. Un día, cuando Amadeus tenía tres años quiso
probar, se encaramó en el taburete del piano y empezó a tocar sin partitura, lo
hizo sin confundirse ni una sola nota, y también improvisó sobre las melodías.
Fue increíble. Su padre le dijo a su madre que el niño era un fenómeno
extraordinario de la música. A partir de entonces su padre le dio clases de
piano y violín.
Su padre
decidió presentar a su hijo a todo el mundo. Con sólo seis años, la vida de
Amadeus cambió por completo, empezó a conocer a reinas y reyes, a princesas y a príncipes,... Todas
las cortes de Europa querían ver y escuchar al niño genio de la música. Con tan
solo 10 años ya trabajaba como músico profesional. A los 12 años compuso la
ópera “Bastián y Bastiana”. A partir de entonces empezó a componer fantásticas
sinfonías, óperas, sonatas,...Era un genio y lo demostraba en sus improvisaciones, en sus conciertos y recitales de piano, de órgano, de violín e incluso de gran orquesta.
Cuando Mozart tenía 34 años estaba en la cima de la fama. Su estilo clásico triunfaba en toda Europa y sus obras tenían mucho éxito: "Las bodas de Fígaro", "La flauta mágica", "Sinfonía nº 40", "Marcha Turca"... Se dice que mantuvo gran rivalidad con Antonio
Salieri que envidiaba el talento de Mozart para crear música.
Una extraña enfermedad le hizo componer su última obra desde la cama: El "Requiem". Antes de cumplir los 36 años murió, aunque su música permanecerá con nosotros para siempre.
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